El alcázar:

Cuando éramos niños, si no llovía, al salir del Colegio, nuestra visita obligada era al Castillo. Una paradita en el Cementerio, que estaba a la derecha, al principio de nuestra ruta. Subíamos a la cima, visitábamos la cueva de la Virgen, el Fuerte, (solo los dos primeros pisos. Los otros eran peligrosos para nosotros), y como final nos quedábamos en las eras jugando entre otras cosas, al cantillo y la soga. Estas eras, creo que de propiedad privada, fueron explotadas hasta mitad del siglo XX.

Los amigos de la Historia Najerillense, con ayuda económica del Ayuntamiento y Comunidad Autónoma de la Rioja, empiezan a recoger una variada colección de materiales arqueológicos, que indican la existencia de un lujoso palacio ricamente decorado al estilo mudéjar. Es en el año 2.002 cuando comienzan las excavaciones. El Museo de Nájera se encarga de la dirección y coordinación de los trabajos:limpieza, reconstrucción, restauración y catalogación de los materiales arqueológicos recuperados. Existen en el Museo miles de fragmentos de cerámica esperando poder recuperar su forma original..

El estudio arqueológico certifica el origen musulmán del Alcázar, paralelo al del Castillo, un estrato prehistórico y tardorromano. Su mayor desarrollo se produce en la Edad Media.

En los siglos XV y XVI lo remodelan los Manrique de Lara, después de serles concedida en propiedad la plaza de Nájera.

Comienza su deterioro y es cuando Manuel Manrique de Lara hace al Monasterio de Santa Maria donación de los despojos del Alcázar. Y años mas tarde autorizan a la Ciudad de Nájera a aprovechar la piedra del lugar.

En el Museo Najerillense se pueden contemplar restos de la producción alfarera de la población hispano romana de Tritium y muestras de todo lo hallado hasta el momento.

En el año 2.010 se terminan los trabajos de restauración , por falta de presupuesto, pero se está elaborando un plan de trabajo para su continuación...

Debajo de estos restos encontrados debe de existir un potencioso Alcázar o Castillo, que no merece estar enterrado.

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