Historia, Fundación Parroquia de Santa Cruz

                     Para entender las consecuencias de la dilatada y profunda controversia mantenida entre el obispado de Calahorra y  Parroquia de Santa Cruz, con el monasterio de Santa María la Real en Nájera, Hay que situarse en sus auténticas coordenadas. Es decir, hay que intentar posicionarse y conocer las características de la iglesia en la Edad Medía, por una parte, y por otra reconocer progresiva relevancia que fueron adquiriendo los monasterios en esa época.

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Todo ello supeditado a las concesiones y a los privilegios que los reyes y papas fueron otorgando a unos, y otros obispos y monjes.

El obispo medieval, bien puede ser considerado como un jefe eclesiástico, político y económico.

Los monasterios, recibían el favor de reyes y de los papas.

Dentro de las diferente órdenes religiosas, los abades, disfrutaban de dominio señorial gracias a las donaciones de reyes y de fieles.

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Elevados, obispos, abades, a la categoría de grandes señores, a finales del siglo XI, comienzan los enfrentamientos entre unos y otros.

 

Superados los dos periodos anteriores, el primero, cuando los obispos eran designados de entre los clérigos seculares, y el segundo, cuando, desde el siglo VIII en el que pretendió monastizar la iglesia por medio de la abolición del episcopado secular, transformando los principales monasterios en sedes episcopales bajo obispos –abades. A finales del siglo XI los obispos  vuelven a ser del clero secular.

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Los monasterios no se acomodan a esta nueva situación y los monjes, fundados a veces, en sus anteriores privilegios, se entrometen en su vida pastoral y en los asuntos y derechos parroquiales, tratando de asumir prerrogativas que competen a los obispos. Las licencias para confesar y predicar, la recepción de diezmos, la obligación de pagar esos mismos diezmos y otros derechos a las parroquias, el deber de someterse, a la autoridad del obispo, se convirtieron en verdaderos motivos de enfrentamiento entre obispos, clérigos y monjes.

 

Todos los enfrentamientos entre los dos estamentos eclesiásticos, clero secular y regular, intentaron resolverlos lo papas con la concesión de dos prerrogativas a los frailes.

 

Desde sus inicios, la parroquia de Santa Cruz, ubicada en una capilla, de la iglesia de monasterio, estuvo siempre formada por clérigos seculares, distribuidos por categorías, llamados capellanes y beneficiados. Todos debían permanecer al clero secular.

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El juramento de obediencia al que sometía el prior don Luis a los capellanes y beneficiados de Santa Cruz, implicaba toda una serie de condicionamientos, que, no solo anulaba la voluntad de los clérigos, sino que les privaba a ellos y a la parroquia de una gran parte de sus derechos y de sus propiedades.

Los clérigos, capellanes y beneficiados de Santa Cruz, sentían  sobre sí el peso de la jurisdicción que ejercían sin compasión sobre ellos, los priores de don Luis.

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El asunto fue, que el capellán mayor Juan Martinez, reclamaba mayor participación en los diezmos, posesiones, heredades y otras rentas de la capilla

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Durante este siglo XV los priores de Santa María, intervinieron en el nombramiento de veinticinco capellanes, de ellos diez mayores y exigieron el juramento de obediencia a siete de ellos.

El 8  noviembre de 1425 el prior don Pedro de Santa Coloma elaboraba unas ordenanzas, distribuidas, en 23 artículos a las que, necesariamente, habían que someterse todos los hijos naturales y patrimoniales de Santa Cruz que, quisieran cantar misa y gozar de un beneficio en la capilla de la Cruz.

 

Se podría continuar y dar información de esta Historia, por ser de gran interés cultural, pero son 700 años de conflictos jurisdiccionales y es interminable detallar tales hechos.

 

Lo que si podemos resumir es que, la primitiva parroquia de Santa Cruz, se fundó en el año 1052 y estuvo situada en una capilla de Santa María la Real. Su separación en 1230, por un decreto del Papa Honorio III. La actual Iglesia fue consagrada en 1611. El arquitecto Juan de Raona le adosó una cúpula semiesférica sobre pechinas rematada por una linterna con cuatro ventanas.

 

En 1936 y 1939  sufrió serios desperfectos. Fue reconstruida en 1940, el templo es una sólida construcción en piedra de sillería y consta de tres naves, con varios retablos neoclásicos y diversas tallas y lienzos. En la sacristía destaca un cristo gótico del siglo XIII y se guardan además, otras tallas, lienzos, y ropa litúrgica de los siglos XIV- XVI-XVII.     

 

 

 

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