Badarán es un bonito y acogedor pueblo que se halla en una ladera a la izquierda de un pequeño valle de la cuenca del río Cárdenas, afluente del río Najerilla, distante a 11 kilómetros de Nájera dirección Sur 5,2 km. por la carretera LR 113 de Cenicero a Salas de los Infantes (Burgos), hasta el cruce con dirección a San Millán de la Cogolla por la carretera comarcal 205, pasando por la localidad de Cárdenas. La superficie de su término municipal es de unos 20,5 Km. 2, hallándose a una altitud de unos 620 metros sobre el nivel del mar, y con una población de aproximadamente 750 habitantes que principalmente se dedican a la agricultura, predominando el cultivo de la vid, que convive con dos bodegas industriales y varios cosecheros del vino, también hay varios talleres de reparación de maquinaria agrícola y automóviles. En el sector de servicios tiene un hotel, casa rural, tres restaurantes, una fonda y unos seis bares, completando la actividad económica con una panadería, carpintería, varios comercios y algo de ganadería ovina.

La historia de Badarán se remonta a tiempos del Paleolítico, por los múltiples restos de útiles hallados en la zona, e igualmente hubo asentamientos celtibéricos y romanos de los cuales también hay vestigios. Su constancia escrita es del año 922 en una escritura de donación  al Monasterio de San Millán por el rey García Sánchez I de Navarra. La agrupación con tres aldeas llamadas Villagonzalo, Terrero y Villadolquit, formaron el pueblo de Badarán que durante la Edad Media estuvo ligada económica y espiritualmente a dicho monasterio con mas de un litigio, hasta que en 1110 Doña Urraca de Castilla otorgó libertad a sus vecinos y quedando configurado definitivamente el pueblo en 1396 con el reinado de Alfonso XI de Castilla que la fortificó, para combatir los ataques que sufría la zona, proporcionándole el fuero de “villa de realengo”.

Perteneció al partido de Sto. Domingo de la Calzada, cuando éste dependía de la provincia de Burgos, hasta que en el año 1833 se formó la Provincia de Logroño, hoy Comunidad Autónoma de la Rioja.

A la llegada del visitante es recibido por un cartel con el eslogan “Badarán, vino, chorizo y pan”  esto indica la rica gastronomía y excelentes caldos que se consumen por los festejos. El vino clarete que algunos cosecheros elaboran es de muy buena calidad. El chorizo y el pan, regados con el vino se degusta todos los años el primer domingo de julio, organizado por el Ayuntamiento en la plaza del pueblo. En las fiestas patronales 15 de agosto la Virgen y de Gracias el 2º fin de semana de septiembre, además de otras viandas, se pueden degustar las tradicionales sopas de ajo, que dan el apodo de “soperos” a los originarios de la localidad.

Por su devoción a la Virgen de Valvanera, el domingo de Pentecostés, realizan monte a través una romería al monasterio de dicha Virgen, en la que se reparte pan y queso.

Badarán posee algunos edificios emblemáticos, como son la Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación, situada en el centro del pueblo junto a la carretera o calle Real, con un monolito al frente dedicado al Corazón de Jesús, que antiguamente en su base era una fuente con caños y un pilón a su izquierda, que servía para abrevar las caballerías. El edificio es de mampostería de canto rodado con rebordes y vanos de ladrillo cara vista, consta de vivienda del párroco a la que se accede por el pórtico e igualmente al interior de la iglesia, cuya planta es de forma rectangular y cabecera en forma de cruz, a cuyo brazo izquierdo se encuentra la capilla enrejada donde se halla el sepulcro de D. Esteban y D. Juan Torrecilla y Manso, a la derecha por la cabecera se accede a la sacristía y en ésta por una escalera de caracol a una sala de reuniones en la primera planta. El retablo de estilo barroco fue realizado en el primer lustro de 1700 por D. Francisco de la Cueva que a su vez estaba efectuando el de San Millán. En una reforma  que se hizo en 1962 aparecieron en la cúpula unas pinturas alegóricas a las Bienaventuranzas que dejaron al descubierto. En una puerta de la parte posterior se sube a la torre de tres plantas cuadradas y por la primera al coro que da vista a la planta baja.

Otro edificio es la casa de los García Escudero, en la misma calle, a la izquierda, entre los restaurantes Café Comercio y Cantinflas II, de dos plantas de mampostería con piedra de sillería en los bordes y vanos, residencia de los ascendientes del primer Conde de Badarán.

El pueblo está jalonado de edificios antiguos y nuevos que tienen similar modelo constructivo de mampostería de piedra rodada con bordes y vanos de ladrillo cara vista.

Los personajes ilustres más sobresalientes de Badarán son:

Esteban Torrecilla y Manso, sacerdote, nacido en 1570, fue presbítero en Burgos, racionero de Calahorra, inquisidor del Reino de Sicilia y regente del Consejo Supremo de Italia y su sobrino Juan Torrecilla y Manso que fue abad del Monasterio de Santa María de la Viña, Deán de la Santa Iglesia y de Agrigento, Arzobispo de Monreal, Juez de la Monarquía, Inquisidor Apostólico, Presidente del Consejo de Italia, Capitán General y Virrey de las dos Sicilias y que como hemos dicho anteriormente se encuentran enterrados en la iglesia parroquial.

José Maria García Escudero y Ubago, nacido en 1847, licenciado en Derecho, ordenado sacerdote fue Canónigo del Seminario Conciliar de Logroño, Obispo de Osma (Soria), se dedicó a la política siendo Senador por la Provincia Eclesiástica de Burgos en las dos legislaturas entre los años 1903 a 1908.

Pío García Escudero y Ubago, nació en 1854, fue Subgobernador del Banco de España y en 1926 el rey Alfonso XIII le otorgó el título de Conde de Badarán, muriendo un año después en Madrid, de quien desciende el actual Conde con el orden IV que actualmente es el Presidente del Senado, D. Pío García Escudero Márquez.

Olegario Fernández Baños, nació el 6 de marzo de 1886, fue Catedrático de Matemáticas en Valladolid y Santiago de Compostela, primer Catedrático de Estadística de la Universidad Central de Madrid y Jefe del Servicio de Estudios del Banco de España de 1930 hasta 1946. Inició durante la Guerra Civil el Índice del Costo de la Vida, hoy IPC